consejos para ser una persona financieramente responsable

8 consejos para ser una persona financieramente responsable

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En seguida veremos 8 consejos para ser una persona financieramente responsable. Según tu criterio que crees que sea mejor: tener el dinero para aprender a manejarlo, o aprender a manejar el dinero que ya tenemos.

Por condiciones históricas, sociales y culturales, el dinero tiene una connotación negativa en muchas partes del mundo, sobre todo aquellas que en sus antepasados fueron dominados, explotados y saqueados por otros.

El concepto del trabajo está relacionado con esclavitud y no como escuela de productividad o disciplina, y el jefe es el verdugo contra el cual debo revelarme, en lugar de verlo como un maestro.

Así pues, producir está más relacionado con ser explotados que con auto realizarnos como individuos, y por ello es obvio que el dinero termina concibiéndose más como un medio de descarga, que como una bendición que debemos aprender a multiplicar y valorar.



8 consejos para ser una persona financieramente responsable

Los siguientes consejos no deben ser tomados como una receta para volverse rico de la noche a la mañana, eso no existe, salvo con un súper golpe de “suerte”, más bien son consejos para lograr la armonía con tu dinero, para aprender a comprenderlo y a comprenderte a través de él, y para que desarrolles en el tiempo adecuado, unos hábitos de responsabilidad financiera que te permitan lograr tus sueños y dejar un legado de conciencia financiera en tus hijos, y a dejar un mundo más responsable y menos dependiente del entorno.

1 Comprométete a Ser Responsable

Existen responsabilidades que son claramente expresadas y otras que son implícitas. En el caso de un matrimonio, la ceremonia incluye la lectura de los deberes, en un bautizo la responsabilidad de los padrinos y en un acto de colegiatura médica tenemos la lectura del código de ética médico. La libertad para hacer algo implica automáticamente la responsabilidad sobre lo que se tiene y sobre las acciones que se realizan con esa libertad.

En el mundo del dinero evidentemente sucede igual: cuando se te otorga una tarjeta de crédito se firma un contrato que expresa los deberes y responsabilidades del tarjetahabiente, en una venta de un bien se firma un contrato con cláusulas y condiciones, y cuando se tiene una tienda, se deben cumplir con responsabilidades relacionadas con la declaración de impuestos.




Todo placer siempre tiene un dolor. Cuando adquirimos un compromiso con otra persona, es muy fácil comprender hasta dónde debemos responder (ser responsables), pero cuando el compromiso es con nosotros mismos, los límites entre lo que quiero hacer y lo que debo hacer, no son tan claros.

Por eso es importante que nuestro primer paso sea comprometernos con nosotros mismos a ser responsables con el dinero que nos ganamos trabajando, aprender a utilizarlo y a convertirlo en nuestro aliado, no en nuestro enemigo a “vencer”.

La Responsabilidad Financiera solamente te va a salvar a ti y a quienes dependen de ti (que generalmente son los seres que más amas), y te garantiza no sólo seguridad para tomar decisiones inteligentes con respecto a tu dinero, sino que dejas de ser un instrumento de tu entorno para convertirte en el dueño de tu vida, de tu futuro y de tu felicidad.

2 Valora lo que Tienes

La mente siempre la enfocamos en aquello que falta, y en realidad eso no es tan malo. El problema viene cuando permites que la falta acabe con tu paz interior: se genera depresión, envidia, frustración y hasta resentimiento.



La riqueza se trata de lo que posees, y si conectas emociones negativas hacia lo que te falta e ignoras lo que ya tienes, el mensaje claro que emites es: no vales nada, porque no tienes nada.

Con esto no digo que dejes de desear cosas, lo que te digo es que comiences valorando aquello que has logrado alcanzar, te hagas consciente o no, y que luego emprendas la aventura de ambicionar algo mejor para ti, agradecido con quien eres hoy y con la tranquilidad de que no lo haces porque te sientas mal contigo mismo, sino porque sabes que, si lograste lo que tienes hoy, puedes lograr muchas cosas más.

3 Revisa tus Gastos

La manera como las personas gastan habla mucho de su autoestima externa, es decir, que un individuo que utilice la mayor parte de su dinero para satisfacer su autoestima externa es alguien que definitivamente no tiene mucha estima real.

Es entonces cuando consigues personas que compran para exhibirle a otros (celulares, carteras, zapatos, automóviles, equipos de sonido) aunque no tengan dinero para cumplir con sus responsabilidades financieras, o aunque queden con una terrible deuda en tarjeta de crédito que luego cuesta muchísimo pagar.



Por otra parte, las personas que utilizan el dinero para planificar su futuro y garantizar una vejez tranquila, son personas con una autoestima interna muy alta. También están en ese grupo las que compran lo que pueden con el dinero que tienen, y las que verifican muy bien los precios de los productos antes de tomar la decisión de compra. Ese tipo de personas tienden a valorar cada centavo de trabajo, y se preocupan por aprender a utilizarlo de la manera correcta.

4 Revisa tus Ingresos

Si tú consideras que tu única fuente de ingresos es aquella proveniente de tu carrera universitaria, entonces vivirás trabajando con el temor de no perder el trabajo, pues como ya sabes, los profesionales que sólo tienen un título son hoy día un commodity y no un talento. Vas a caer en el error de producir por temor y por ende cada vez vas a estar más susceptible del empleo, del gobierno, del entorno.

Si no te enriqueces como ente productivo y te reinventas constantemente, vas a ser un empleado altamente reemplazable. Lo creas o no, la decisión más difícil para una empresa es despedir un empleado, sobre todo si éste nunca se dedicó a enriquecer su currículo y se convirtió en un ser dependiente de su empleo.

Toda empresa es feliz de saber que contribuyó para que el empleado creciera, evolucionara y saltara a un empleo mucho mejor… pero ser mejor es tu responsabilidad, no la de tu empleador! Si estás insatisfecho con tus ingresos, siempre puedes prepararte para recibir más: aprender un idioma nuevo, desarrollar una carrera, y revisar constantemente cuánto está dispuesto el mercado laboral a pagar por alguien como tú. No te quejes, actúa!



5 Planifica tus Gasto

Cuando no planificas, realmente estás demostrando cuán dejado e irresponsable eres con tu propio futuro, pues antes de hacer cualquier cosa debes planificarla en tu mente, porque de lo contrario vas a pasarte el día tratando de hacer algo que todavía no sabes que es.

Peor aún es querer hacer algo y no lograrlo porque te distrajiste haciendo algo o no organizaste las actividades del día.

Un segundo argumento que otras personas utilizan para no asumir la responsabilidad de planificar, es la creencia de que en las economías inestables o inflacionarias no es posible planificar.

El primer gran paso, una vez que conoces cuáles son tus gastos, es comenzar a planificarlos de forma mensual, para que puedas diseñar tu propio plan de vuelo en el uso inteligente de tu dinero, y además sepas hasta dónde eres capaz de comprometerte con tus metas financieras.



La planificación de gastos cumple dos funciones: 1) te sirve de guía para darle el uso adecuado a tu dinero, que resultan como las luces del automóvil cuando vas por una carretera a medianoche. 2) te disciplina cuando aparece un gasto “tentador” o una oferta “irresistible”.

Cuando tienes seguridad de que este mes tienes el presupuesto comprometido en gastos importantes, eres menos propenso a hacer gastos innecesarios.

6 Edúcate Financieramente

Como bien sabes, el mercado laboral está lleno de millones de personas que hacen exactamente lo mismo, pero aún así salimos TODOS IGNORANTES de la materia más importante de la vida laboral: aprender a utilizar el dinero.

Lo importante aquí es comenzar por el principio: Si aprendo a manejar mi dinero, voy a tener las herramientas para adquirir la responsabilidad sobre mi dinero, voy a poder decidir sin miedo, y de ahí se desprende todo lo demás que quieras lograr en tu vida.



Generalmente nuestros problemas de dinero solemos consultarlo con las personas inadecuadas: los amigos, los padres o los hijos. Así creemos que estamos obteniendo la respuestas correctas, cuando en realidad estás obteniendo consejos de personas que tienen tantos o más problemas financieros que tu.

Otros suelen educarse financieramente con el santo de su preferencia (como prenderle una vela al santo para ganarse la lotería), o esperan develar su futuro financiero visitando a la vidente del momento. Y al final tenemos los que van un poco más allá del tema financiero y deciden aprender de finanzas con alguien que les vende el curso de “hágase rico mientras duerme” o “dinero fácil”.

Buscamos la solución al dinero de manera rápida , fácil y sin esfuerzo, de la misma manera como muchos quieren bajar de peso en un quirófano o poniéndonos en manos de falsos expertos.

Verificar referencias, consultar credenciales, hacer una investigación de su perfil profesional en internet, y asegurarte que vive como lo predica, es la mejor manera de arrancar una educación financiera inteligente. Tu dinero tiene mucho valor para ti, así que asesórate con los mejores.



7 Aprende a Ahorrar

Existen varias maneras de ahorrar, y cada una siempre va a depender de cuáles son las circunstancias personales de cada uno de nosotros (por eso mis sesiones de terapia financiera son ajustados a cada persona, en función de su situación y motivación).

Como ves, el ahorro siempre está relacionado con la responsabilidad financiera, así que si alguien te dice que es imposible ahorrar, muy seguramente esa persona no está muy claro de lo que está hablando.

8 Aprende a Invertir

Como todas las confusiones financieras, la inversión es un concepto que parece no estar muy claro en las mentes del colectivo social. Se considera que la inversión es solamente la ganancia del dinero por el dinero, cuando realmente la inversión es el beneficio que se genera en el mundo a partir de tu acción con tu dinero.

Visto de este modo, entonces los estafadores, los especuladores y los oportunistas no son inversionistas, puesto que sin importar cuánto dinero reciban, el beneficio en el mundo a partir de su acción sencillamente no existe.



Un inversionista es una persona que tiene emociones balanceadas con su dinero, que utiliza su dinero con inteligencia y que comprende el poder que éste puede tener en su vida y en los otros, si se actúa correctamente.

Es importante que sepas que no tienes que invertir todo tu dinero en una sola opción, pues lo mejor es realizar estas inversiones en simultáneo, estableciendo proporciones que atiendan a este orden de prioridad (nunca te sugeriría que dejes de pagar la universidad para contribuir a una causa, pero tampoco que te registres en todos los entrenamientos sin compartir al menos un 5% en ayudar a otros).

Recuerda que…

Existen personas que, por comodidad o por conveniencia, te hacen pensar que hablar de dinero es arrogancia, o que prefieren evitar hablar de tema para no dejar en evidencia la miseria de vida que esconden. Hay otros que creen que para ser ricos se necesita explotar, estafar y robar a otros, por lo tanto a eso se dedican.

Existe otro grupo de personas que, basado en la premisa anterior, se alejan de cualquier tema relacionado con mejorar financieramente, pues inconscientemente piensan que otros le van a poner las mismas etiquetas que ellos ponen hoy a quienes tienen dinero.



El tema de las finanzas personales no se reduce a una fórmula mágica que debe seguirse una sola vez y se obtienen resultados perennes, sino que consiste en hacer de los pasos explicados, un estilo de vida.

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